Los dispositivos médicos requieren actualizaciones periódicas de software y del firmware para garantizar la integridad de los datos y del propio dispositivo. En cuanto al desarrollo, la gestión del ciclo de vida que realiza un seguimiento de las actualizaciones del código criptográfico es fundamental para garantizar que un dispositivo no sea susceptible de futuras amenazas a la seguridad.
Los fabricantes deben tener la capacidad de gestionar de forma segura las actualizaciones en curso sin retirar el dispositivo del cuerpo del paciente.
Con el aumento de los ciberataques y las vidas (literalmente) en juego, la comunidad de dispositivos médicos está estudiando seriamente cómo pueden los fabricantes integrar las mejores prácticas de seguridad en sus procesos y dispositivos. De hecho, los fabricantes de dispositivos médicos con los que hablamos reconocen la necesidad de adoptar un enfoque que dé prioridad a la seguridad. La seguridad no se consigue por error, sino por diseño.
Este diseño garantiza la protección de los datos, la flexibilidad necesaria para la longevidad del producto y la identificación exclusiva del dispositivo. Las consideraciones criptográficas y de PKI han adquirido una importancia crítica en los dispositivos médicos para proteger los flujos de datos que viajan hacia y desde los dispositivos médicos conectados.