Un certificado SSL actúa como una credencial digital emitida por una CA de confianza, que indica que el sitio web es legítimo y seguro. Permite la comunicación cifrada entre el navegador y el servidor, protegiendo los datos confidenciales -como contraseñas, información personal y datos de pago- de la interceptación y la manipulación.
Comunicación TLS tradicional
Cuando visita un sitio web, su navegador envía una solicitud al servidor web. El servidor procesa esta petición y devuelve la respuesta adecuada. Aunque esta interacción pueda parecer sencilla, es vulnerable a los ataques de intermediario (MITM) si no se protege adecuadamente. Un actor malintencionado podría interceptar los datos en tránsito y extraer información confidencial.
Por ejemplo, si se conecta a su portal de banca en línea y alguien intercepta ese tráfico, sus credenciales podrían quedar expuestas, lo que podría dar lugar a un robo de identidad o una pérdida financiera.
TLS lo evita cifrando los datos. Incluso si un atacante intercepta el tráfico, el contenido cifrado aparecerá como un galimatías ininteligible a menos que posea la clave de descifrado correcta.
SSL utiliza un cifrado asimétrico durante la conexión inicial que implica un par de claves pública-privada:
- El servidor tiene la clave privada.
- El cliente (navegador) recibe la clave pública, que utiliza para cifrar los datos.
- Sólo el servidor puede descifrar los datos utilizando su clave privada.
Este proceso se conoce como el apretón de manos TLS , que incluye:
- Acuerdo e intercambio de claves (establecimiento de claves de sesión para el cifrado simétrico)
- Cifrado de datos (mediante claves de sesión)
- Autenticación del servidor (verificación de la identidad del servidor y de la integridad de los datos)
El futuro del cifrado: Prepararse para la era poscuántica
Aunque los protocolos TLS actuales son seguros frente a los ordenadores clásicos, no están diseñados para resistir los ataques de los ordenadores cuánticos. Un ordenador cuántico suficientemente potente podría descifrar los algoritmos de cifrado tradicionales, especialmente los utilizados en el intercambio de claves durante el TLS .
Esto ha suscitado una creciente preocupación por los ataques "cosechar ahora, descifrar después" (HNDL), en los que los adversarios graban el tráfico cifrado hoy con la intención de descifrarlo en el futuro, una vez que se disponga de capacidades cuánticas, dejando los datos actuales vulnerables a la tecnología invasora.
Para defenderse de esta amenaza, la industria está realizando una transición hacia la criptografía post-cuántica (PQC). En futuras versiones de TLS, el proceso de intercambio de claves sustituirá algoritmos tradicionales como RSA por mecanismos de encapsulación de claves (KEM). Los KEM son primitivas criptográficas diseñadas para ser resistentes a la cuántica como parte de los nuevos estándares en desarrollo por organizaciones como el NIST y el IETF.
La migración a certificados e infraestructuras compatibles con PQC es fundamental para la confidencialidad de los datos a largo plazo. A medida que se finalizan los algoritmos de seguridad cuántica y se integran en protocolos como TLS 1.3 y posteriores, las organizaciones deben ser proactivas en la actualización de sus sistemas para incluir PQC junto con algoritmos clásicos en un modelo híbrido, que ofrezca tanto protección inmediata como resiliencia futura.